domingo, mayo 29, 2005
Juan Gossen remite
Barranquilla, mayo 28 de 2005
Señor
CHELO DE CASTRO C.
El Heraldo
Ciudad.
Apreciado Don Chelo:
Es más que comprensible su enfado contra esos coleguitas suyos propaladores de verdades a medias que, como ya se sabe, es la peor forma de mentir. Es que sus coleguitas, especialmente los interioranos o cachacos, para mejor entendernos, se las traen, como diría usted. Sin embargo, si escarbamos un poco en ese cascarón pomposo en que suelen envolverse, descubriremos que, más que antibarranquillerismo, del que se duele usted, estos “plumíferos” y “microfoneros” de radio o TV lo que verdaderamente exhiben es una lastimosa ignorancia, que tratan de esconder tras un manto de suficiencia huera, que por lo afectada solo mueve a la risa.
Fíjese usted, en algunos es posible que su léxico no sea mayor de treinta o cuarenta vocablos entre los cuales la palabra “mundo”, que les produce una atracción irresistible, es repetida hasta la cacofonía. Son maestros además, en la exageración idiota, se solazan fabricando “ídolos” y “figuras” donde solo su tropical imaginación percibe. Otros adoptan el talante de una estudiada pedantería que, por la solemnidad bufa que le imprimen, termina por ser patética (es que hasta para parecer pedante se requiere algo de clase); quizá imaginan que la pose pedante les da licencia para pontificar, como suelen, sobre las más ridículas trivialidades; son los mismos que también se hacen llamar “profesores” pero su máximo logro intelectual se reduce a “inventar” nuevos verbos; es así como uno oye a estos “profesores” hablando de “recepcionar”, “posicionar” y otras linduras gramaticales que para ellos deben simbolizar el “sumun” de la originalidad. No hay duda, estos “profesores”son los “creativos” del idioma. (No debemos olvidar que todo colombiano tiene la obligación de ser “creativo”).
Otros más mezclan en sus peroratas algunos giros rioplatenses en la esperanza que ello sea antídoto contra la mediocridad, el resultado es conmovedor. La gritería, el alarido, es otra de sus improntas, he escuchado las mas sonoras estupideces dichas con una altisonante suficiencia. Pero la última moda es hablar semisonreidos, (me refiero, obviamente, a los inefables de la TV. ,¿ mas, no sé, si en la radio también se estile?) esta innovación aún es un misterio para mí. ¿De donde la copiarían?¿O será que disimulan y tratan de mostrar una sonrisa inteligente?.¿Qué opina usted Don Chelo?.
Y todo lo anterior sucede en medio del más desesperante y bobalicón sonsonete oral dizque debido a que el periodismo hablado cachaco se ufana de “usar un acento neutro”. ¿Qué será eso?. Pero, ¿ para qué continuar Don Chelo? Solo que después de estas deshilvanadas glosas no puedo evitar que venga a mi memoria una definición de periodista deportivo que alguna vez leí: “Alguien que no tiene nada en la cabeza y es capaz de expresarlo”. Naturalmente, tanto para la punzante definición (como tal vez la calificaría usted) como para las otras apostillas, existen honrosas excepciones, comenzando por la suya propia, la cual, usando un lugar común, definiría como un remanso de ponderación en medio de la algarabía “profesoral”.
Finalmente es importante que con la solvencia periodística que le da su trayectoria ponga su lanza en ristre para evitar que los “microfóneros” cachacos embadurnen con su jerga relamida y babosa la brillante actuación de Rentería en el béisbol de las grandes ligas, comenzaron ya con la acostumbrada y estereotipada tontería que utilizan en el fútbol: “Los Cardenales del colombiano Rentería.”,siguieron con ¡“Rentería “ídolo” de la Liga Nacional!,”típica babosada cachaca, continuarán con una entrevista a la bisabuela del manager Tony La Russa a quién forzaran a confesar que el colombiano Rentería es el mejor paracortos de todos los tiempos o del mundo que, como vimos, es una de las palabritas que más los trastorna. Después sabrá Dios que otra “genialidad”se les ocurrirá. Aconséjeles reservar toda esa “talentosa creatividad”para ensalzar a los Juan Pablos y dejen tranquilo a Rentería quién no necesita de su cursilería “periodística” para ser “figura”.